Cualquier marca desea estar en el “Top 10” de un consumidor, es decir, ser la primera firma que aparece de forma espontánea en la mente de una persona cuando le mencionan un producto o servicio. Esto se llama “Top of mind”, e implica que la marca es todo un referente en el sector, está muy bien posicionada y, por tanto, tiene una mayor probabilidad de compra.
A veces, incluso el nombre de la marca sustituye al del producto, y no sólo al de esa marca, sino a todos los similares. Uno piensa en Coca-cola al ser preguntado por un refresco de cola, en Huggies si se trata de pañales, o en Dunkin Donuts cuando hablamos de donas… y nadie puede negar que cuando se piensa en juego o casinos viene a nuestra mente Las Vegas,
En TheSlogan.com afirman que esto no sólo se trata de suerte o de oportunidad aprovechada, sino que un nivel de posicionamiento tal debe ser conseguido mediante una poderosa campaña que mezcle marketing y publicidad.
¿Cómo introducir su marca en la mente y el corazón del consumidor?
La citada página afirma que tiene mucho que ver con el llamado “Marquismo”. Un consumidor marquista es fiel a una marca, cualquiera que sea, la sigue y está dispuesto a pagar más por ella, por ejemplo, mientras que un consumidor no marquista decide su compra en función de características lógicas o porque le gustan, sin mantener su lealtad.
El marquista es el grupo objetivo de las empresas por excelencia, ya que es su mayor y mejor embajador, recomendando la marca de forma que, con el paso del tiempo, la marca, como he explicado antes, puede sustituir por completo al producto o servicio en sí.
Para lograr este posicionamiento perseguido por todas las marcas, se pueden emprender campañas agresivas en este sentido, o bien se puede apostar por la innovación para lograr crearse un nicho de mercado específico donde no exista ningún otro producto.


