Renuncia de Superintendente de Salud se da justo cuando Gobierno presenta medidas contra la crisis.
Sorpresivamente, y tras conocerse que el Gobierno nacional alista la presentación de un paquete de medidas para enfrentar la crisis del Sistema de Salud, Conrado Gómez presentó este miércoles su renuncia al cargo de Superintendente Nacional de Salud.
La salida de Gómez, considerado el más técnico de los superintendentes de los últimos años, se sumó a una cadena de hechos ocurridos recientemente que, a juicio de distintas voces del sector, evidencian una profundización de la crisis del sistema, como el retiro de varias EPS de la administración del régimen subsidiado, la intervención de otras, la crisis hospitalaria y las críticas del cuerpo médico y los gobernadores.
Trascendió que su decisión obedeció a que el presidente Juan Manuel Santos le pidió la renuncia a través de la ministra de Salud, Beatriz Londoño, quien no respondió a repetidas llamadas de este diario para confirmarlo. Sin embargo, en entrevista con EL TIEMPO, Conrado Gómez insistió en que su decisión obedeció a motivos personales.
¿Se va porque quiere o porque se lo pidieron?
Me voy porque es el momento de hacerlo, y los motivos son estrictamente personales.
Pero toma la decisión en un momento crítico para el sector...
Eso es cierto. El sistema de salud atraviesa por una grave crisis e infortunadamente carece de herramientas para tomar decisiones en momentos como este. Aun así, considero que para el país y el sistema este puede ser un buen cambio.
¿Qué responsabilidad le cabe en esta crisis?
Si de algo puede estar seguro el país es que he cumplido con mi trabajo. Estoy satisfecho con lo logrado. Tomé decisiones difíciles, en momentos críticos, que tocaron intereses muy poderosos; eso sí, admito que es una tarea inconclusa, porque es titánica.
¿Esos intereses influyeron en su intempestiva salida?
Desde antes de posesionarme y durante mi gestión, que duró casi dos años, no hubo ni un solo día en que no recibiera ataques de toda clase. Insisto: muchas de mis decisiones pisaron callos.
¿Estuvo en desacuerdo con decisiones tomadas por el Gobierno?
Hubo diferencias que, a mi juicio, no eran trascendentales. Nada fuera de lo común.
¿Qué opina de la posibilidad de que la Superfinanciera vigile a las EPS?
Como son dos sectores completamente distintos, es difícil aplicar en el sistema una vigilancia hecha para los bancos. Además, como están las cosas, ninguna EPS tendría condiciones para cumplir con los estándares de control de la Superfinanciera. Sin embargo, hay que estudiar el tema.
¿Qué opinión se formó de las EPS?
A ellas hay que definirles su papel. Siendo objetivos, la mayoría no cumple con su función y están muy desprestigiadas. Su permanencia en estos términos es muy difícil. Pero el país necesita una entidad que organice redes de servicios y garantice la atención de la gente.
¿El problema del sector son las EPS?
No solo ellas. Si revisamos los hospitales, muchos incumplen condiciones mínimas; lo mismo pasa con buena parte de los entes territoriales, que tienen un papel clave dentro del sistema.
Se dice que tuvo poco respaldo de la ministra de Salud. ¿Es eso cierto?
Mis relaciones con la Ministra fueron siempre respetuosas; con ella sí hubo diferencias, como las hay en cualquier equipo de gobierno, pero siempre fueron cordiales.
¿Sintió respaldo del Presidente?
Lo hubo cuando se tomaron las decisiones más grandes.
Hay gente que lo relaciona con la senadora Dilian Francisca Toro...
Si revisan mis decisiones y actuaciones, podrá verse que he sido un Supersalud muy técnico y nada político.
¿Hay cómo sacar al sector de esta crisis profunda?
No creo que sea tan profunda... El sistema de salud es más robusto de lo que se cree. Pero su futuro depende de las medidas que se tomen ahora; en eso no puede haber equivocaciones.
¿Y cree que las que vienen son las que se necesitan?
No las conozco en detalle. Espero que sean las mejores.
Pero usted dice que no hay herramientas para los momentos de crisis...
Insisto: el sector no las tiene.
Las 7 medidas que anunciaría el Gobierno
1) Se definirían estándares para que la Superfinanciera vigile la viabilidad financiera, el manejo de recursos, el estado de cuentas y los componentes actuariales de las EPS.
2) Se fijarían criterios de habilitación estrictos para las EPS, se definiría su papel con reglas claras para el manejo de recursos y se les exigirían indicadores de cumplimiento. El propósito es que en los regímenes contributivo y subsidiado queden pocas EPS (las más fuertes).
3) Se fortalecerían los giros directos de recursos a la red hospitalaria y se dividiría al país en cinco regiones, en las cuales las EPS del subsidiado tengan cobertura local, departamental y regional. Estas deberán tener la capacidad de afiliar al 15 por ciento o más de la población. Con esto se busca reducir el número de EPS, que haya redes de servicios integradas y que los municipios pequeños estén cubiertos por entidades fuertes.
4) Se crearía un fondo de salvamento para las entidades que se liquiden: el objetivo es proteger a proveedores y prestadores.
5) Se pondría en marcha una política farmacéutica nacional, con determinantes de calidad, acceso y un control de precios.
6) Se implantaría una estrategia de atención primaria en salud, que fortalezca la prevención y la promoción de la salud y atienda integralmente a los afiliados.
7) Se fortalecerían los sistemas de información para mejorar el control de cuentas y la identificación de los afiliados al sistema y evitar la evasión y la elusión dentro del sistema.


