Cada uno de nosotros tiene cualidades que no puede dejar pasar. En la vida estamos llamados a vencer; pero para ello hay que hacer un esfuerzo por sacar lo mejor de nosotros. No podemos esperar que nos caigan las soluciones del cielo, sentados y tranquilos. Cada uno de nosotros tiene que ponerse a la tarea de lograr sus metas, de hacer que sus propósitos se conviertan en realidades a base de esfuerzo y disciplina.

Tenemos talentos, pero eso no basta, hay que ponerlos a funcionar. Es necesario hacer explícitos los talentos que tenemos en las luchas diarias, en los esfuerzos diarios. No tiene sentido ser talentoso pero no demostrarlo cotidianamente. Un personaje que podría servir como imagen de esta cualidad es Benjamín Franklin, quien decía: “No escondas tus talentos. Fueron hechos para usarlos. ¿Qué podrá hacer un reloj de sol en la sombra?” La pregunta con la que quiero guiar nuestra reflexión es ¿qué puedo hacer para cultivar mis capacidades? Te propongo las siguientes actitudes:

1- Rebélate cada día. No puedes sentarte a esperar. Tienes que tomar la iniciativa. Se necesita estar preparados para actuar cada día, sin importar como te sientes, las circunstancias por las que están pasando, o lo difícil que pudiera parecer el juego. Desde lo más profundo de tu ser tienes que tomar la decisión de actuar, de dar lo mejor de ti en la brega que el día trae. Eres el que diriges tu vida y el que tiene que direccionarla. No puedes ser dócil a las circunstancias y dejar que ellas te lleven a donde no quieres ir.

2- Mantente mejorando. Siempre hay que estar buscando maneras de aprender, crecer y mejorar. Eso lo hace preguntando el por qué, no olvides que la persona que sabe el cómo siempre tendrá un trabajo pero la persona que sabe el por qué será siempre jefe. Es necesario tener un plan de mejoramiento personal. Se tiene que notar que estás haciendo el esfuerzo por mejorar.

3- Busca siempre la excelencia. Actuar con un elevado nivel de excelencia es siempre una elección, un acto de voluntad. Como líderes, esperamos que nuestra gente haga lo que tiene que hacer cuando le pasemos la bola. La excelencia es un estado constante en quien lo ha decidido. No te contentes con resultados mediocres. Estás llamado a dar lo mejor, a alcanzar la plenitud, esa es tu lucha.

4- Logra más de lo esperado. La gente altamente competente siempre corre una milla extra. Para ellos lo bueno nunca es suficiente. El líder no puede tener el pensamiento de voy a salir de esto como se pueda. No te acostumbres al “aunque sea”, esta es una de las medidas de la mediocridad.

5- Inspira a otros. Ellos no solo actúan al más alto nivel sino que inspiran, motivan a su gente a hacer lo mismo. Ellos combinan sus habilidades relacionales con su elevada capacidad de trabajo. Recuerda que la manera de influir en otros es mostrar tus cualidades y capacidades. No inspirarás si sólo tienes poder y ostentas lo que no eres.

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