Hoy en día, las salas de juego se han colocado a la exigencia de los tiempos modernos, ofreciendo atractivos sistemas de juego digitales como las mesas táctiles, por ejemplo, que surgieron del concepto de los servicios online de casinos virtuales , que ahora ya han comenzado a ser implantados en muchos casinos reales como sustitutos del clásico tapete verde, especialmente en cruceros. Su uso es similar a cualquier otro dispositivo táctil y disponen de una pantalla de casi 30 pulgadas de alta resolución.
Además, su implantación también ha sido considerada por otras marcas como Pizza Hut, que pretenden usarla para permitir al usuario confeccionar su propia pizza al momento.
La realidad aumentada ha llegado al sector de los juegos de azar como predecesora de la realidad virtual, la que para muchos será la próxima revolución tecnológica. Esta realidad aumentada sigue haciendo uso de elementos físicos para combinarlos con otros virtuales. Es decir, se añade una parte virtual a la real para que el usuario interactúe a la vez con las dos realidades. Sin duda, es una forma de diferenciarse y de atraer más clientes.
Otra aplicación tecnológica que ha encontrado su hueco en los casinos son los famosos códigos QR. Actualmente su implantación se encuentra más extendida que los sistemas de realidad aumentada, siendo posible encontrarlos en la amplia mayoría de casinos de Las Vegas. Con ellos se consigue ofrecer información sobre funcionamiento de las mesas de juego, estadísticas de los jugadores, e incluso los eventos programados para ese día. Basta que los clientes escaneen dichos códigos con las cámaras de sus smartphones para tener acceso a toda esta información.
Por último, otras etiquetas digitales son las que funcionan por radiofrecuencia, y cuya implantación en los casinos está siendo estudiada como herramienta para combatir fraudes. Esta sería la idea del sistema diseñado recientemente por un ingeniero español y cuya aplicación se espera que salga al mercado en un futuro no muy lejano. La idea principal del proyecto consiste en insertar etiquetas RFID (identificadores por radiofrecuencia) en las fichas y cartas de los jugadores para detectar la falsificación de las fichas de póquer, una práctica más común de lo que pensamos.


