México al igual que Colombia vivió la reapertura de su economía a través de fases y cercos epidemiológicos dependientes a la capacidad hospitalaria y afectación en casos de covid-19 en el país.
Sin embargo, esta inició desde el primero de junio con un semáforo epidemiológico creado por el gobierno nacional.
El cambio de colores en el semáforo se determinó a partir de la ocupación de los hospitales y el aumento o descenso del número de pacientes de COVID-19. El rojo es el color de mayor cantidad de restricciones hasta llegar a la fase o luz verde cuando se puedan retomar el 100% de las actividades en el país; es justo en esta última que se encuentran los casinos.
En total son 4 etapas: rojo, naranja, amarillo y verde.
Las medidas y aperturas son responsabilidad de los gobiernos locales, por lo que los establecimientos de entretenimiento podrían abrir antes en aquellos estados con menor número de contagios. Asimismo, cada color lleva consigo una serie de medidas de higiene que deben seguir aquellos sectores que pasen a formar parte de la reapertura.
- Naranja: Se prevén horarios y días de trabajo escalonados; restaurantes, hoteles y servicios religiosos con el 30% de aforo; cines y teatros con el 50%; y eventos deportivos sin público.
- Amarillo: Los restaurantes, hoteles, servicios religiosos, tiendas departamentales, cines y teatros incrementarán su aforo hasta un 60% y las oficinas de gobierno también regresarán a trabajar.
- Verde: Se dará el regreso a clases presenciales y la apertura de discotecas, bares, gimnasios y casinos.
Ahora bien, a través de un comunicado publicado el 19 de julio y firmado por el Director General de Juegos y Sorteos de México, el gobierno nacional informó que las actividades reguladas en la Ley Federal de Juegos y Sorteos y su correspondiente Reglamento estaban autorizadas a reabrir, con el visto bueno de esta dirección que dirige Luis Calvo Reyes, cuando el semáforo se encontrara en el color amarillo evitándolas hacer esperar hasta la ultima fase, el color verde.
De esta forma, para el 12 de agosto, un total de 89 casinos en todo el país ya estarían abiertos de nuevo en los estados de Baja California (41), Sinaloa (17), Jalisco (10), Michoacán (6), Morelos (5), Aguascalientes (4), Puebla (4), Chiapas (1) y Colima (1).
En cuanto a los protocolos de bioseguridad, los casinos en todo Mexico han extremado medidas igual que en Colombia estableciendo 1,5 metros de distancia entre maquinas, quienes no podían garantizar este distanciamiento optaron por apagar una máquina por medio o implementar separadores acrílicos, esto último no fue una adopción masiva, pero en todas las salas se controla la temperatura en el ingreso y se desinfecta el calzado. El uso del tapabocas es obligatorio.
Los casinos también deberán seguir horarios, e incluso restricciones de aforo que van entre un 25% al 40%, obligándolos a reducir las máquinas y mesas habilitadas.
Algunos casinos reabrieron sin oferta gastronómica, mientras que el resto está siguiendo el protocolo de los restaurantes.
Con esta metodología de reapertura existían localidades en donde los casinos permanecieron cerrados durante 6 meses, por eso, el 28 de agosto, las agremiaciones de casinos, se unieron con circos, bares y centros de espectáculos para enviarle una carta al presidente de México solicitando su apoyo en la reactivación de estos sectores en Nuevo León. Allí son cerca de 25,000 empleos que genera la industria del entretenimiento.
En ciudades como Culiacán, miembros del personal de salud se manifestaron en contra de la reapertura del sector con pancartas expresando su rechazo, debido a que entre las 10 naciones con más contagios del mundo se encuentra México, superando cifras de 681 mil casos positivos y 71,978 muertes.
“La caída al final del año será de más del 30 por ciento, el primer trimestre no era tan alentador, ya se veía muy debilitado, más tres meses que no se recibió, y luego se arranca con la mitad de la sala y recuperar la clientela dependerá mucho del tratamiento o vacunas, y ya esperaríamos que para 2021 empiece la recuperación”, detalló Miguel Ángel Ochoa, presidente de la Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuesta en México (AIEJA.)
Los casinos de ciudades como Chihuahua registran pérdidas por el orden de los 250 millones de pesos mexicanos, es decir, 43 mil millones de pesos colombianos. Viéndose golpeado también el 80% de los empleos 2 500 que genera la industria del juego en esta ciudad.


