Con el incendio en la hidroeléctrica de Guatapé, el suministro de energía se puso color de hormiga. El fenómeno de El Niño y el mal manejo del potencial energético tienen al país al filo de recortes de luz.
La situación energética del país se complicó. Al fuerte fenómeno de El Niño se sumó que la hidroeléctrica de Guatapé, de Empresas Públicas de Medellín (EPM), estará paralizada por cuatro meses. Esta eventualidad ejercerá una presión adicional en un sector que afronta serias dificultades desde hace algún tiempo, debido al bajo nivel de los embalses y a los problemas financieros de las plantas térmicas (…)
Pero lo más grave no es solo que se dejará de suministrar energía cuando más se necesita, sino que Guatapé, a través del embalse de El Peñol, surte de agua a las hidroeléctricas Playas y San Carlos, también en Antioquia. El Peñol tiene cerca del 30 por ciento de las reservas hídricas del país y de él dependen estas centrales. Si se llegara a afectar la generación de energía de San Carlos, al no llegarle agua suficiente de El Peñol, la situación se complicaría. San Carlos es la hidroeléctrica de mayor capacidad, con 1.240 megavatios. Es decir, es responsable por cerca del 10 por ciento de la demanda del país.
El ministro de Minas y Energía, Tomás González, reconoció que la situación es muy complicada y que lo sucedido en Guatapé es “como si Colombia se quedara sin James cuando tiene que jugar la final del campeonato”. Para el senador Iván Duque la parálisis de Guatapé es un riesgo adicional que no puede distraer lo que está pasando en el sistema eléctrico nacional, que se ha visto afectado por la escasez de gas en el país(…)
Además, debido a que el fenómeno de El Niño se ha endurecido, el nivel de los embalses sigue en picada y se encuentra en el 43,5 por ciento, muy por debajo del 64 por ciento del año pasado cuando se encendieron las primeras luces de alerta sobre los riesgos de un racionamiento de energía. Las regiones más vulnerables son Valle del Cauca, que tiene el nivel más bajo, con el 24 por ciento, seguido del centro y el oriente, con el 41 por ciento.
Sin embargo, con la salida del embalse de El Peñol, la situación se torna más crítica ya que el nivel útil de los embalses (capacidad para generar energía) baja al 31 por ciento, una cifra que comienza a preocupar (…) La preocupación en el gobierno es alta ya que cualquier evento adicional podría provocar un suspensión en el servicio, especialmente en horas pico, entre las 6 y las 9 de la noche.
Alejandro Castañeda, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), reconoce que la situación se puso más compleja y no se puede descartar ninguna medida de contingencia. Un experto en el sector ratificó que ante esta coyuntura el país queda “en el filo de la navaja” y que cualquier evento adicional comprometería el suministro de energía en el país. La razón es que con la salida de Guatapé y del embalse de El Peñol, unido al fuerte verano, el nivel de los embalses podría bajar en mayo a niveles críticos del 20 por ciento (…)
A esta situación se suma que la hidroeléctrica de El Guavio tiene un nivel de tan solo el 37,5 por ciento y no puede descender mucho más porque comprometería el suministro de agua para Bogotá. Lo más complejo en esta coyuntura es que no hay certeza sobre cuándo El Niño disminuirá su intensidad. El Ideam sostiene que bajará a finales de marzo, pero aun así el nivel de lluvias no alcanzará a compensar lo que han dejado de recibir los embalses en los últimos meses.
Más allá de los episodios accidentales, como el incendio en Guatapé y el recrudecimiento del fenómeno de El Niño, lo que está pasando en el sector eléctrico deja un sabor muy amargo. Hace diez años, Colombia pintaba ser una potencia energética, no solo por la riqueza hídrica que tiene sino por la regulación que, en su momento, se diseñó para el sector; por la interconexión y por el mismo dinamismo de las empresas. Hoy el panorama es desafortunado. Hay que importar energía, la amenaza de un racionamiento está en presente, la regulación no se modernizó y no se tomaron medidas a tiempo.
Lo cierto es que el panorama energético del país se complicó a niveles que nadie imaginaba
Fuente: Semana.com


