La ciudad de Nueva York asestó el 17 de septiembre de 2025 un golpe crítico a la propuesta de casino Caesars Palace en Times Square, que contaba con el respaldo de alto perfil de Jay-Z. El plan de reurbanización, valorado en 5.400 millones de dólares, buscaba transformar la torre de oficinas en el 1515 Broadway, sede del Minskoff Theatre y del musical de larga duración The Lion King, en un complejo con hotel, casino y entretenimiento bajo la marca Caesars.
La oposición de los propietarios de teatros de Broadway, productores y otros actores locales se centró en el posible daño al distrito teatral, que sustenta aproximadamente 100.000 empleos y atrae a millones de turistas cada año.
Jason Laks, presidente de la Broadway League, subrayó la postura decisiva de la comunidad: “Un casino puede estar en cualquier lugar, pero Broadway solo vive aquí”. Laks celebró la decisión de la junta comunitaria como una salvaguarda de la “magia de Broadway” esencial para trabajadores y audiencias por igual. En contraste, Marc Holliday, CEO del desarrollador principal SL Green, calificó el rechazo como “una vergonzosa muestra de cobardía”, resaltando las profundas divisiones sobre lo que está en juego en términos económicos y culturales.
El voto del comité asesor comunitario marca un paso procesal clave antes de que la Comisión de Juegos del Estado de Nueva York pueda considerar la solicitud bajo el marco ampliado de licencias de casino. Según el Artículo 130 de la Ley de Juegos de Nueva York, la aprobación de la junta comunitaria local es obligatoria para que las propuestas avancen. Esta negativa refleja las prioridades regulatorias que equilibran el desarrollo económico con la preservación del patrimonio cultural de uno de los distritos teatrales más emblemáticos del mundo.
La decisión redefine el panorama de los casinos en Nueva York, reduciendo la competencia por licencias lucrativas y alterando los flujos de inversión proyectados. El resultado impactará sectores asociados como la hospitalidad, el entretenimiento y el turismo, en un período de recuperación continua tras las disrupciones de la pandemia. Otros contendientes en Hudson Yards y el Bronx continúan avanzando en medio de respuestas comunitarias variadas. La interacción entre la oposición local y la autoridad reguladora influirá fuertemente en la trayectoria de la política de juegos en la región.
Nueva York se encuentra en una encrucijada entre salvaguardar su identidad cultural y apostar por la modernización económica de su centro de entretenimiento. El rechazo al casino de Times Square subraya el complejo acto de equilibrio que enfrenta la ciudad al negociar entre tradición y transformación.
