El primer ministro Italiano Matteo Renzi concedió una entrevista a una revista local en el que afirmó que su administración estaba "desarrollando una medida para eliminar las tragamonedas en los estancos y tiendas" en un intento de disminuir el impacto de los juegos en los jóvenes y otros sectores vulnerables de la sociedad.
El Subsecretario económico Pier Paolo Baretta apoyó esta declaración diciendo que el gobierno planea "una reorganización que tiene en cuenta la demanda social y, por tanto, prevé una reducción drástica de tragamonedas en el territorio, que representa el 30 por ciento."
Baretta dijo que el gobierno tendría como objetivo máquinas tragamonedas en función de su proximidad física a "lugares sensibles", probablemente refiriéndose a las escuelas tradicionales, iglesias, etc, y que el objetivo era "encontrar una solución que no ponga en tela de juicio las decisiones tomadas hasta el momento por las autoridades locales, pero que sean compatibles con un marco normativo más amplio ". El funcionario insistió en que el objetivo del gobierno es "reducir la oferta global"
No todo el mundo está convencido de que el gobierno vaya en serio, sobre todo porque la reducción en el número de Máquinas tragamonedas llevaría a la pérdida de millones de euros en ingresos fiscales.


