Diego no tiene diploma universitario. Ni siquiera de bachiller. Tampoco ejerce ningún oficio que le genere ingresos económicos. Pero gracias a las máquinas tragamonedas de las tiendas del barrio Buenos Aires, a sus 16 años sabe lo que es tener dinero fácil para malgastarlo en una fiesta de fin de semana con sus amigos de colegio. Solo necesita como mínimo una moneda de 50 pesos para poner a rodar su suerte en cualquiera de los dos tipos de maquinas que poseen las tiendas de su sector: las de poker y las “pela bobos” o “traga perras”, como también se les conoce. Y de esa forma es posible que luego de un día de escuela regrese a casa hasta con 50 mil pesos que ganó en 15 minutos de juego. Algo más de lo que obtiene un profesional en una jornada laboral de 8 horas.
Se trata de una problemática que por lo visto pasa desapercibida en Cartagena: la ludopatía se disfraza de esparcimiento y tiene a sus pies a muchos menores de edad de la ciudad.
No hay ley que valga. Corría el año 2008 cuando la Presidencia de la República emitió el decreto 1905, buscando dar un ‘tatequieto’ a las tiendas, farmacias y peluquerías que ofrecían maquinitas de fácil acceso por parte de menores. También se buscaba dar alivio al dolor de cabeza de padres de familia que se les hacía imposible controlar el problema. Puntualmente dicho decreto reza que “Los juegos localizados solo podrán operarse en locales comerciales cuya actividad principal sea la de juegos de suerte y azar”. Además para radicalizar la norma y evitar que le hicieran conejo, se establece un número mínimo de maquinas por establecimiento. La cifra depende de la cantidad de habitantes de la ciudad donde se instalaran.
Para el caso de Cartagena (más de 500 mil habitantes) se debe poseer 20 máquinas para cumplir con la exigencia. La verificación del cumplimiento corre por parte de la Empresa Territorial para la Salud (ETESA)que ya no existe y que ahora es Coljuegos , la encargada . Lo anterior deja ver que, desde entonces, las tiendas de barrios o negocios particulares en todo el país que poseen dos o 3 maquinas tragamonedas en sus terrazas incumplen con el decreto 1905 del 2008.
Lastimosamente para muchos, Cartagena es una de las ciudades que ha incumplido dicho decreto. Es común pasar por las tiendas y verlas no solo con maquinas tragamonedas, sino peor, con menores pegándole con dos dedos a las teclas que controlan los juegos éstas.
El secretario del interior, Nausícrate Pérez Dautt, sostuvo que quién debe regular el aspecto permisivo de las máquinas es ETESA. Dijo que no corresponde al Distrito dicha función, sino a el ente nacional. Sí, en cambio, fue fulminante al sostener que “no quiere sorprender un solo menor jugando en tiendas”. El funcionario añadió que los establecimientos, sean tiendas o casinos, aunque tengan permisos respectivos, si son sorprendidos con menores utilizando los juegos de azar, serán sancionados con cierre. “La labor que estamos comprometidos en desempeñar es de control y vigilancia, la cual la realiza cada alcaldía local” … y entonces , que?
“El desconocimiento de las normas es la principal razón por la que los tenderos instalan este tipo de máquinas en sus negocios”. Muchos saben que deben tener mínimo 20 máquinas para poder operarlas legalmente , Pero otros en verdad desconocen eso.
La psicóloga Janeth Carballo, experta en temas de adicción, explica que como toda adicción, la ludopatía también es una enfermedad. Este vicio afectará el rendimiento de la persona en otras actividades, pues el cerebro siempre le pedirá a la persona que dedique mayor tiempo aquello que le genera adicción. Y así se irá repitiendo hasta que ya no tenga control sobre ello. Es en ese momento es cuando vienen las promesas falsas de abandonar el juego, tanto en mayores como en menores.
Acá en Cartagena cada quien hace lo que le da la gana y las autoridades se hacen los Shakira (sordos, ciegos y mudos), si lo hacen los políticos … ja!


