Vivimos en una sociedad que está convencida de que puede comprarlo todo.
Que no hay una sola realidad que se resista al poder del dinero, o al quebrantamiento de la voluntad del otro por la imposición. Esta sociedad no cree en valores que no sean negociables. Y parece incapaz de producir felicidad en los seres humanos que la habitan. Puede llenarlos de dinero, puede darles tecnologías avanzadas, puede hacerlos famosos; pero felicidad no da. Y por eso vemos a tanta gente que se siente vacía aunque tenga fama, plata y poder.
Por eso cuando tú mismo te desgastas día tras día, pero te sientes vacío porque no puedes tener lo que te dicen que debes tener y después que tienes eso que buscabas sigues sintiéndote igual de vacío, descubres que la felicidad no está en lo que la sociedad puede venderte. Por eso quisiera animarte a que descubras la necesidad que tienes de tener algo que no tiene precio. Algo que tienes, claro que lo tienes, pero no lo has descubierto porque vives pensando en aquello que se compra y se vende. Y crees que puedes negociarlo todo. Y precisamente la felicidad nace de lo no negociable, de lo que no estás dispuesto a ceder, de eso que es tuyo, tan tuyo que no te lo dejas quitar ni por todo el oro del mundo.
Necesitamos descubrir en nosotros esas realidades no negociables, que en últimas son nuestros valores. Solo en la medida que estos los tengamos claros podremos ser felices y realizarnos. Estos valores están expresados en lo que llaman la ética, realidad muy necesaria en nuestra sociedad. No podemos seguir despreciando a los que viven éticamente ni podemos seguir creyendo que el único camino posible para vivir pasa por el vender y comprar todo. Necesitamos líderes capaces de vivir éticamente y que con su ejemplo le muestren a los demás que es posible vivir desde realidades sublimes. Palabras como honor, lealtad, coherencia, fidelidad no puede seguir siendo despreciadas o vividas como discursos vacíos.
Es necesario hacerlas concretas en nuestras acciones diarias. Cuando veo a alguien decir que vale la pena morir por el honor de cumplir una palabra o a alguien que prefiere ser despreciado o rechazado y no ser corrupto me emociono porque entiendo que ese es el camino que nos hace verdaderamente humanos.
Hoy la idea es que tú tomes la decisión de vivir desde los valores más sublimes que te impulsen y que descubras que es lo innegociable en tu proyecto vital. Cuando sabes valorar tu vida, y descubrir el valor de tu dignidad, y sopesar tu propia grandeza, sin exageraciones ni subvaloraciones absurdas… eres alguien capaz de reconocerse como una gran bendición, que ve su dignidad como don de Dios, y cuya felicidad no está determinada por los números de una cuenta bancaria sino por el sentido que le das a la vida que recibiste de Dios.
Ten claro que tus no negociables son lo único verdaderamente valioso que tienes contigo, eso y nada más !!!


