Mis hijas ,
Mis hijos ,
Mi hija ,
Mi hijo…
Un mantra que repetimos inconscientemente ,un mantra que esta cargado de tanto ego y de tanto poder que desborda en enceguecedora ignorancia
Ignorancia que no nos permite diferenciar la delgada línea que separa lo real de aquello que queremos ver
Y es que lo que queremos ver no es más que una proyección de todo lo que no somos y que creemos encontrar en otro ser
Otro ser que no es más que un cúmulo de energía que circula por este universo y el cual decidió acompañarnos en esta vida
Vida esta que compartimos con aquellas personas que seleccionamos como compañeros de existencia y otros que nos escogieron a nosotros para ser sus guías y mentores
Guías y mentores no somos solos aquellos que nos autodenominamos madres o padres; guías y mentores son aquellos seres en quienes confiamos a “mis hijas o mis hijos” y es allí, cuando aparece este mantra que nos recita el ego, donde toda esta línea que hemos hilado desde el inicio de esta lectura, se rompe!
Se rompe? … Se preguntará usted que esta leyendo …
Permítame explicarle:
No somos dueños de nada, no somos superiores ni inferiores pues fuimos hechos a imagen y semejanza del creador , desde la perfección de todos y cada uno de nosotros debemos entender que no hay ni bueno ni malo , cualquiera de estos dos conceptos son relativos al que los crea es decir al que observa el fenómeno y lo etiqueta según sea su percepción… parece que me estoy enredando , no?
Dicho de otra manera, no tenemos hijas, ni hijos : fuimos escogidos por el universo para ayudar a estos seres en su paso por esta vida para ser mejores y a su vez ellos están con nosotros para mostrarnos nuestros propios defectos a través de los suyos.
El universo depositó en nosotros la enorme oportunidad de formarnos y formar , desde el plano de la igualdad , reconociendo que ellos al igual que nosotros tenemos mucho por aprender, que ellos no deben ser la pantalla donde proyectamos todas nuestras frustraciones, ansiedades: “lo que yo no pude ser”… “que no le pase lo mismo que a mí”… y la lista continúa …
Cuando entendemos esto , vemos que no hay equivocaciones (pues somos perfectos igual que nuestro creador) solo existen oportunidades de mejora y que todos disfrutamos de este regalo, que bien canalizados nos conducen un paso más adelante; cuando entendemos esto , agradecemos al colegio por aquella citación en privado para tratar una oportunidad de mejora de este ser que esta con nosotros .
Cuando educamos desde el ego, todas nuestras percepciones se nublan pues es él quien conduce y condiciona lo que vemos y lo etiqueta según lo que queramos ver, finalmente de eso se nutre: de darnos lo que queremos y no lo que es …
Y cuando vemos lo que queremos , estamos ciegos y susceptibles a ser manipulados por “Mi Hija, Mi hijo” … al fin y al cabo es perfecta(o) no?
Si nos quitamos la venda que nos impone el ego , este perderá poder, y así estaremos tan conscientes cuando queramos etiquetar a “Mi Hija, Mi Hijo” bajo la perfección de sus imperfecciones, y entonces veremos todas aquellas ocasiones en que hemos dicho: ella(el) no puede ser criticada(o) por ese plantel, esa persona… que no la(lo) conoce a fondo como YO!
Me surge una pregunta a la que solo usted tiene la respuesta: Quien escogió el Colegio o la educación de Su hija ó Su hijo usted o su ego?…
Al ego le interesa que usted crea que fue usted; difícil de responder cuando no lo hacemos desde el corazón , que todo lo ve , verdad?
German+