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Somos susceptibles a las adicciones, todo en la vida es adictivo.

Fecha de publicación: 2012-06-29
Somos susceptibles a las adicciones

INFORME ESPECIAL

 

A pesar que existe una predisposición general a estigmatizar las adicciones, lo cierto es que estudios científicos adelantados en los últimos años demuestran que cualquier cosa puede causar adicción, ya sea física o mental, y la clave para entender el problema radica en la fina línea que separa la diversión de la dependencia.

 

Comprendiendo la adicción

Es difícil encontrar una definición universalmente aceptada de lo que se podría considerar como una adicción y se ha hecho popular el pensar en cualquier comportamiento que tenga un factor compulsivo como una "adicción". Pero para aquellos que realmente padecen una adicción, o para aquellas personas afectadas por la adicción de una persona querida o cercana, está muy claro lo que significa una adicción en términos "reales".

Una adicción es una dependencia hacia una sustancia, actividad o relación que arrastra a la persona adicta lejos de todo lo demás que le rodea. Está representada por los deseos que consumen los pensamientos y comportamientos de las personas, y actúan en aquellas actividades diseñadas para conseguir la cosa deseada o para comprometerse en la actividad deseada (comportamientos adictivos). Y, a diferencia de los simples hábitos o influencias consumistas, las adicciones son "dependencias" con graves consecuencias en la vida real que deterioran, afectan negativamente, y destruyen relaciones, salud (física y mental), y la capacidad de funcionar de manera efectiva. Adicción es debilitamiento.

En consecuencia, un adicto es una persona "dependiente" de aquella cosa que domina sus pensamientos y deseos y dirige su comportamiento, y la pretensión de esa cosa se convierte en la actividad más importante de su vida. En estados avanzados de adicción, nada es tan importante como la adicción en si misma.

 

Todo causa adicción

Según explica el doctor Mark Griffiths, experto en adicciones de la Universidad de NottinghamTrent, Inglaterra, si podemos obtener una recompensa con algo, es posible hacernos adictos a casi cualquier cosa "Durante los últimos 25 años he estado estudiando los comportamientos sexuales compulsivos y creo apasionadamente que estos juegos en su forma más extrema son tan adictivos como cualquier droga.
 
El costo social y de salud de los problemas de juego es enorme y tiene muchas cosas en común con las adicciones más tradicionales; por ejemplo, cambios en el estado de ánimo, problemas de relación, absentismo laboral, violencia doméstica y bancarrota.
 
Los efectos en la salud, para los jugadores y sus parejas, incluyen ansiedad y depresión, insomnio, trastornos intestinales, migraña, problemas vinculados al estrés, malestares estomacales y pensamientos suicidas.
 
Si las conductas como el juego de azar pueden convertirse en una adicción genuino, en teoría tampoco hay razón que impida que algunas personas se conviertan en adictos genuinos a actividades como los videojuegos,el trabajo o el ejercicio.


La investigación sobre jugadores patológicos muestra que estas personas, cuando se ven sometidas a abstinencia de juego, presentan al menos un efecto secundario físico, que puede ser insomnio, dolor de cabeza, pérdida de apetito, debilidad física, palpitaciones ,dolor muscular, dificultad para respirar y escalofrío.


De hecho, comparados con los adictos a drogas, los jugadores patológicos parecen experimentar más efectos físicos por abstinencia cuando intentan dejar su conducta.

 

Entusiasmo exagerado o adicción


Pero entonces, ¿cuándo se convierte en adicción el entusiasmo excesivo por una actividad? Se puede pensar en muchas personas que se comprometen excesivamente en actividades pero no se clasifican como adictas porque no parecen experimentar ningún efecto perjudicial por llevar a cabo esa conducta.


En resumen, la diferencia fundamental entre un entusiasmo excesivo y una adicción es que los entusiasmos sanos enriquecen la vida pero las adicciones la empobrecen.

Para que cualquier conducta pueda ser definida como adictiva, tiene que haber consecuencias específicas, como el que ésta se vuelva la actividad más importante en la vida de la persona o la única forma con la que puede mejorar su estado de ánimo. Además, pueden sentir la necesidad de incrementar gradualmente la cantidad de tiempo que le dedican a esta actividad porque si no lo hacen comienzan a experimentar síntomas psicológicos de abstinencia. Esto puede conducir a conflictos con el trabajo y las responsabilidades laborales.

El individuo puede incluso experimentar "recaídas" si intenta renunciar a su actividad.

La forma en la que se desarrollan las adicciones, ya sean químicas o conductuales, es compleja.

Una conducta adictiva se desarrolla por una combinación de la predisposición biológica/genética de la persona, el ambiente social en el que se desenvuelve, su constitución psicológica -como factores de personalidad, actitudes, expectativas y creencias- y la propia actividad.
 
Muchas adicciones conductuales son adicciones "escondidas". A diferencia, por ejemplo, del alcoholismo, esas no muestran síntomas obvios, como hablar con dificultad o no poder caminar en línea recta. Sin embargo, una adicción conductual es un asunto de salud que necesita ser tomado seriamente por todos los profesionales de la salud.
 
Si el principal objetivo de los médicos es cuidar la salud de sus pacientes, entonces la concientización sobre las adicciones conductuales y los problemas las rodean debe ser una parte importante de su conocimiento y entrenamiento básicos.
 
Las adicciones conductuales pueden ser tan graves como las adicciones a las drogas.

 

Los “vicios” modernos

Para muchas personas hablar de adicción significa hablar de sustancias como alcohol, nicotina, cocaína o heroína. Sin embargo estas son algunas de las más conocidas más no las más frecuentes. Hoy en día las adicciones más preocupantes pasan desapercibidas y están ligadas al estilo de vida actual. Expertos afirman que  adicciones al Internet, videojuegos e inclusive a Facebook han superado al alcoholismo o la misma ludopatía.

De acuerdo a un estudio llevado a cabo por investigadores de la Academia China de Ciencias, el cerebro de una persona adicta a Internet se comporta químicamente de manera similar a quienes sufren una dependencia por el alcohol, ciertas drogas e incluso el juego.

La investigación consistió en escanear los cerebros de 25 hombres y mujeres de entre 14 y 21 años a quienes se les diagnosticó un padecimiento de reciente cuño denominado “Trastorno de Adicción a Internet”, para saber en qué se distinguían del cerebro de personas adictas y no adictas.

Según los científicos, dicha diferencia estriba en la zona del cerebro ligada al procesamiento emocional, habilidades ejecutivas de pensamiento y funcionamiento cognitivo. En los adictos a Internet, esta parte del cerebro presentó conexiones anormales entre las fibras nerviosas, un fenómeno también observado en personas con alcoholismo y otros trastornos de impulsividad.

“Finalmente confirmamos lo que los médicos sospechaban desde hace algún tiempo, que las anormalidades de materia blanca en el córtex orbito-frontal y otras áreas realmente significativas del cerebro se presentan no solo en las adicciones con sustancias involucradas, sino también en el caso de comportamientos como la adicción a Internet”, opinó al respecto Henrietta Bowden-Jones, profesora en el Colegio Imperial de Londres.

 

Las nuevas adicciones

Adicción al trabajo. Este trastorno es más común de lo que se cree, se trata básicamente de un estado donde se pierde la necesidad de descanso para pasar a perder el control sobre el equilibrio de esta actividad.

Adicción al ejercicio. Cuando la necesidad de ejercitarse trasciende los limites normales y el deseo de un cuerpo perfecto es lo único que importa estamos ante un caso de estos.

Adicción al celular. El teléfono móvil hace mucho tiempo que perdió su función inicial de ser un medio para hacer y recibir llamadas, ahora es un acompañante que tanto de día como de noche logra que su dueño quiera manipularlo una y otra vez.

Adicción al sexo. El fácil acceso a la pornografía que proporcionan los medios de comunicación actuales, motivan a miles de personas a desarrollar una obsesión tan dañina como peligrosa por saciar su apetito sexual.

En conclusión una actividad per se no se puede considerar como adictiva e incluso satanizar como los juegos de azar. Cualquier cosa puede causar adicción si se traspasan los límites de la diversión razonable y esto incluye cualquier actividad cotidiana por superflua que parezca.   


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