Según la organización Mundial de la salud (OMS),la ludopatía es una parte de la medicina que estudia a la enfermedad como un trastorno relacionado a la actividad de apostar de manera habitual a juegos donde los resultados se dan con cierta rapidez y, por lo mismo, el refuerzo para el jugador ya sea positivo o negativo, comparte la misma frecuencia.
Sin embargo, aunque en Colombia son tan populares los juegos de azar, puedo decir que no es muy común la presencia de esa patología entre nuestros jugadores, pues es más frecuente en países como España, Argentina o Italia. Desde luego, no se puede estar de acuerdo con la ludopatía, ya que puede alterar el bienestar de la vida personal, familiar o profesional, Por todo esto los juegos de suerte y azar deben ser manejados con absoluta responsabilidad. No obstante tampoco hay que tener temor cuando la actividad este bien planteada y organizada por las autoridades locales, ya que en estas condiciones será un instrumento de diversión, esparcimiento gozo, y, sobre todo representara importantes ingresos para el sector salud.
En muchas ciudades del país se presenta una doble moral en ciertas instituciones porque se oponen enérgicamente a las máquinas y bingos, pero luego uno encuentra a sus familiares, o hasta ellos mismos, formando parte de los que ingresan a los locales de juegos hasta altas horas de la noche y sin ninguna discreción.
Quizás por eso algunos ven con espanto la apertura de casinos y salas de juego, pues consideran que es solo un síndrome injustificado. Una postura que contribuye a estigmatizar el juego y a sus operadores, quienes han luchado en Colombia durante dos o tres décadas, creando empresa y generando empleo. Basta decir que en el país operan 3.500 establecimientos y que toda la industria de juego genera más de 800.000 empleos.
Por eso las autoridades deberían ser conscientes de la importancia del juego y de sus beneficios. No hay que olvidar que el recaudo del juego se destina a cubrir los innumerables problemas del sector de la salud y que, además la operación y comercialización de cada producto de juego depende de la responsabilidad con que cada uno enfrenta dicha actividad.
En casos específicos como, por ejemplo, en la ciudad de Pereira los juegos pueden convertirse en una herramienta de desarrollo y generación de recursos, aparte de ser en sí mismo un atractivo turístico enorme que puede implementarse sin ningún temor y de manera organizada. Y hay que tener en cuenta que el eje cafetero es una de las regiones en que se juega en mayor proporción, según estudios de mercadeo recientes, realizados por el Centro Nacional de Consultoría.
Por estos motivos, en el año 2008 y luego en el 2009 hice una propuesta a la alcaldía de Pereira y a la gobernación para establecer una zona que se destine de manera exclusiva a esta actividad, con algunos componentes de turismo.
La idea es que ahí pueda realizarse un riguroso control y fiscalización, que generen crecimiento a la industria y mayores recursos para la salud de los habitantes de Pereira y Risaralda, Desafortunadamente aún no hay respuesta de las entidades territoriales.
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