Fue llamativo que hasta el cartel que anunciaba unos de los eventos más importantes de la industria del juego, pequeño y oscuro, sin los grandes destellos de años pasados, parecía ser la predicción de lo que hallaríamos adentro. Una sola nave fue habilitada para el evento en la que se apiñaban unos cuarenta expositores y el comentario generalizado en toda la exposición era “este año sí que no pasa nada”.
Incluso, el stand de Lotería Nacional, uno de los que marcaban el ritmo de la fiesta en años anteriores, con su barra de tragos, sus números en vivo y sus sorteos, estaba representada por un puesto casi sin vida, en donde una señorita entregaba bolsas con chucherías a los ocasionales visitantes, “el tema de las elecciones y del dólar parece que hizo que este año fuera para atrás” en esta edición se permitió que los stands más económicos, que era regla general que estuviesen en los pasillos de ingreso, se instalaran dentro de la nave. Probablemente si no se hubiera tomada esa medida el panorama sería aún más desolador.
La principal novedad, sobretodo con miras al futuro, tuvo que ver con la cantidad de empresas de juego online que colocaron stands a la espera de que el panorama se aclare en Argentina. En total 7 empresas estuvieron presentes: Bet 1128; World Match; 3BetGaming, Sirplay, Jazz Gaming Group, Bet Construct y la única argentina, SpinGol, la exposición fue un especie de muestra para los futuros negocios que su empresa pueda hacer en la región, ya que el juego en línea no está regulado en Argentina.
Lo cierto es que buena parte de los concurrentes creen que la feria rayó al fracaso y no muchos podían disimular sus largas caras de preocupación por las magras perspectivas de buenos negocios.
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