Cuando pensamos en actividades lúdicas en nuestro país , generalmente nos referimos a los casinos y tragamonedas pero dejamos de lado otras formas de explotación de juegos de azar, como los bingos, las loterías, las apuestas deportivas, etc. Más aún, en el caso del ciudadano común que no está en el día a día de esta industria, probablemente no sepa que existe al menos una autoridad competente para la regulación y el control de cada actividad.
Pero quienes sí formamos parte activamente del desarrollo de la industria en sus diferentes facetas, encontramos que existen diferentes autoridades y entes reguladores dependiendo el tipo de juego de azar que se ejecute. Es más, existen actividades que no tienen estrictamente hablando un ente regulador. ¿Cómo es esto posible?
La respuesta una vez más nos lleva hacia el origen de la mayoría de los problemas del país; la falta de previsión. Lejos de existir una voluntad de ordenamiento y control que debe partir del Congreso, existe una suerte de caos regulatorio que genera una duplicidad de esfuerzos, traslape de funciones y derechos, mayor gasto y menor eficiencia en el control y, sobre todo, tremenda limitación en el desarrollo regulatorio que vaya de acorde al avance del estado del arte de la industria.
Más claramente, citemos por ejemplo tres casos. El primero son las loterías, regidas por la Ley de Loterías y controladas por el INABIF. El segundo son los casinos y máquinas tragamonedas, controladas por la DGJCMT. El tercero es el juego on line, que no está controlado por cuanto no es una lotería, no es un casino y no es una tragamonedas; es un espacio virtual en el cual se pueden desarrollar diferentes tipos de apuesta y juegos, incluyendo pero no limitándose a, loterías, juegos en vivo de casino (ruleta, black Jack, etc), juegos de tragamonedas, apuestas deportivas y hasta deportes, como el poker. Efectivamente, el poker ha sido admitido por la Asociación Internacional de Deportes Mentales (IMSA) como un deporte, lo que es el paso previo para que el Comité Olímpico Internacional (COI) también lo reconozca y pase a ser una disciplina olímpica.
Si seguimos ahondando en el caos, veremos que las apuestas deportivas no están reguladas, sean ellas por medio de un espacio virtual (website), un sport bet (centro de apuestas) o cartillas. ¿Y los bingos, aún sean estos de caridad? ¿Y qué pasa con los sorteos?
En países vecinos como Chile, Bolivia y recientemente Colombia, se ha centralizado el control de toda actividad lúdica en un solo ente con autonomía general, una suerte de Superintendencia. El beneficio es inmediato, sí todo se controla desde la misma agencia, puedo asegurar que la ejecución presupuestaria en capacitación, infraestructura, etc. se ejecute por igual sin importar cuál es el rubro al que se fiscaliza. Además, se elimina la delgada línea que divide, y generalmente no permite identificar, qué entidad es la reguladora de cada actividad.
Por ejemplo, si existiera una Superintendencia de Juegos de Azar en Perú destinada a regular y controlar cualquier medio de juego en el país, los portales de juego en línea pertenecerían automáticamente a su jurisdicción y no estaríamos en el limbo actual. De igual forma, no caeríamos en materias de interpretación sobre si tal actividad debe o no ser controlada por tal o cual agencia.
Esto requiere indudablemente de una voluntad política y de una claridad de ideas y transparencia de intensiones totales. Dar este paso sería un gran avance para el país, consolidaría una autoridad y generaría una estabilidad total en la industria. Además, permitiría que la dación de normas y estándares fuera mucho más ágil, ya que no estarían amarradas a una Ley, obsoleta como en el caso de los casinos, y a un Reglamento que es a veces muy difícil de cambiar. Necesitamos ser una industria ágil, moderna, capaz de adaptarse en corto tiempo a los grandes cambios que propone el avance tecnológico.
Sabemos que hay mucho por hacer y no se tienen los recursos que se desearían, pero un esquema con un solo ente regulador en el cuál se concentren los medios y conocimientos hoy en día dispersos en muchas oficinas estatales sin tener un efecto multiplicador, es sin lugar a dudas la forma de enfocar la situación.
Desde esta tribuna espero que en algún momento esta idea se consolide, creo firmemente en su potencial y que es la alternativa de solución que necesitamos.
José Miguel Chueca
Consultor internacional, especializado en sistemas Online.
Director de JMC GamingConsultants
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