Que más se podía esperar de un ajeno a la industria fue el título de mi última columna que causó revuelo a todos los niveles de la industria de Juegos de azar.
Equivocarse es de humanos y el día de ayer, Marco Emilio presidente de Coljuegos en un gesto de gentileza reconoció su error públicamente y generó un comunicado disculpándose, cosa que agradezco en aras del respeto hacia todos los actores de esta industria y el buen nombre de quienes de ella hacemos parte.
Un tropezón cualquiera da en la vida, y este es un buen momento para que seamos escuchados y se pongan en marcha los engranajes de Coljuegos para que se acelere la aprobación de los trámites represados, que desde la entrada a la entidad de Marco Emilio se nos fue prometido por el departamento jurídico y que aquella fecha límite del 26 de Octubre del 2023, quedó en el limbo.
ACTA NON VERBA, claro no estoy siendo pedante, pero que haya entendido que no sólo del chance vive la industria, le da un enfoque más equitativo en el proceder y espero que escuche tanto a operadores como fabricantes que estamos varados por la desidia en la atención.
Las dos semanas pasadas recibí varios mensajes constriñéndome para que me retractara por mis comentarios, cosa que no sólo coarta la libertad de expresión, sino que demuestra la falta de carácter de quien a modo servil cree que en beneficio de todos debemos aguantar … respeto merecemos todos puesto que no hay personas más o menos que otras; recuerden todos estamos empujando para adelante en la industria de Juegos de suerte y azar.
Gracias Marco Emilio,


