La industria mundial de los casinos está entrando en una nueva fase de proteccionismo económico, y las agresivas políticas comerciales de Donald Trump podrían ser el catalizador. Dado que Canadá ya prohíbe la compra de máquinas tragamonedas y VLT fabricadas en Estados Unidos, otros países podrían seguir su ejemplo, transformando el panorama de los proveedores de equipos de juego.
La decisión de Alberta de limitar las compras de juegos a empresas con servicios de soporte local o acuerdos de libre comercio con Canadá señala una tendencia creciente: los gobiernos están tomando medidas para proteger a las industrias nacionales del aumento de los aranceles estadounidenses. Ante la inminente propuesta de Trump de imponer aranceles del 25% a los productos canadienses, la respuesta de Canadá podría ser solo el comienzo.

Durante años, gigantes del juego con sede en Las Vegas como IGT, Light & Wonder y Aristocrat Gaming han dominado los mercados globales. Sin embargo, estos aranceles podrían animar a los países a invertir en sus propias industrias de equipos de juego, reduciendo la dependencia de los fabricantes estadounidenses.
Las empresas europeas y asiáticas de tecnología de juegos también podrían aprovechar la oportunidad para expandirse a mercados que antes estaban controlados por Estados Unidos. El abandono de los productos de juego estadounidenses podría, en última instancia, beneficiar a las economías locales. Los países que aplican restricciones a la importación de equipos de casino estadounidenses podrían incentivar la innovación nacional, creando nuevos centros de fabricación de máquinas tragamonedas, terminales de juegos electrónicos y software de casino.

Esta transición podría generar empleo, diversificación económica y el fortalecimiento de las marcas regionales de juego. La pregunta sigue siendo: ¿Se adaptará la industria del juego estadounidense a estos cambios o sufrirá pérdidas a largo plazo?
Si más gobiernos toman represalias contra las políticas comerciales de Trump, el dominio de los fabricantes de juegos estadounidenses podría erosionarse, abriendo la puerta a una nueva era de competencia internacional en el sector de la tecnología para casinos.


