Un nuevo informe de The Australia Institute ha encendido las alarmas sobre una problemática creciente en el país: el auge del juego entre adolescentes. Según el estudio publicado en abril de 2025, más de 900.000 jóvenes entre 12 y 19 años en Australia participaron en actividades de apuestas en el último año, superando en número a quienes practican deportes populares como el fútbol o el baloncesto.

La investigación revela que el 30% de los adolescentes de entre 12 y 17 años ha apostado al menos una vez, y la cifra asciende al 46% entre los jóvenes de 18 y 19 años. Esto representa una generación expuesta de forma temprana a una industria que generó $244.300 millones AUD en apuestas durante 2022-23, con pérdidas de $31.500 millones AUD, incluso superiores a las registradas en Las Vegas.

El gasto total anual estimado por adolescentes en juegos de azar asciende a $231 millones AUD, de los cuales $18,4 millones corresponden a menores de edad. En promedio, un adolescente australiano gasta $86,72 AUD al año en apuestas, mientras que los que reconocen hacerlo superan los $256 AUD anuales. Para los mayores de edad (18-19 años), la cifra sube a $698 AUD por apostador.

Más preocupante aún es que estas prácticas comienzan de forma informal a través de videojuegos, loot boxes, y apuestas privadas entre amigos, lo cual normaliza el comportamiento y lo hace persistente hasta la adultez.
Mientras tanto, el Gobierno australiano ha aplazado medidas clave recomendadas por la Comisión de Política Social y Asuntos Jurídicos, como la prohibición total de la publicidad de apuestas online y su presencia en redes sociales, estadios o camisetas deportivas. Estas propuestas cuentan con el respaldo del 87% de los australianos, según encuestas del propio instituto.

Sin una regulación más estricta, Australia corre el riesgo de seguir siendo el país con mayores pérdidas por apuestas del mundo. La exposición temprana y la normalización del juego en menores plantean serios desafíos a futuro.


