Hace ya más de 12 años los bancos luchaban en contra de las apuestas permanentes para no dejarse quitar la tajada de los giros y remesas que en esa época rondaba por los 2,500 millones de dólares y que al 31 de Diciembre del 2021 cerró en la no despreciable cifra de 8,000 millones de dólares.
Con la Sentencia C-823 de la Corte Constitucional del 2 de noviembre de 2011, se puso fin a la pretensión de los bancos de prohibir los giros por fuera del sistema financiero, al establecer que los giros postales no eran actividades financieras, porque ni captan dineros del público ni son intermediarios financieros. Es decir que no ejercían actividades financieras, decidiendo entonces que el giro postal era una encomienda más, pero de dinero y no se podía concebir como captación de recursos públicos ni como intermediación financiera.
Este round lo ganaron los chanceros, convirtiéndolos en el medio preferido por los(as) colombianos(as) para realizar giros dada su proximidad al cliente final además de su variado portafolio.
Los giros hoy por hoy son una billonaria fuente de ingresos para las empresas de Apuestas permanentes que aseguran un musculo financiero y flujo de caja. Al hacerse de BALOTO estas empresas consolidan su presencia y los convierte en un conglomerado que concentrará más del 90% del dinero proveniente de los giros , ya que, si bien BALOTO no genera las ganancias que se esperan por la venta del juego, si deja un interesante porcentaje por las comisiones de remesas y de intermediación en pagos de diferentes convenios.
Sobra decir que es motivo de orgullo el presenciar como las empresas colombianas han aprendido el Know how de muchos negocios, pero a la vez es intimidante y no tan saludable que tanta concentración de poder termine conformando posición dominante y se convierta en monopolio, pues están en proceso de desarrollo de una pasarela de pagos exclusiva para el sector, en las apuestas deportivas, generaron un raspe y gane a través de otros operadores, operan juegos localizados y ahora la joya de la corona: El Baloto


