Leía en un libro sobre el perdón, que los rencores y dolores eran como aviones que aparecían en la pantalla del controlador aéreo en un aeropuerto, y que a medida que los acumulábamos, hacíamos que las oportunidades de causar un accidente, fueran infinitamente mayores. Esta similitud me ha hecho preguntarme en muchas oportunidades porque nosotros los seres humanos no permitimos que nuestros aviones aterricen, y seguimos acumulando aparatos en vuelo aún en contra de nuestra salud, nuestro bienestar emocional, y casándonos dolores que afectan nuestras relaciones y nuestra paz espiritual.
Los aviones son las aflicciones sin solucionar volando días y semanas sin fin, ocupando recursos que pueden necesitarse en caso de emergencia. Como llegaron allí los aviones? Cuando un hecho que nos cause dolor se asocia con una persona que entendemos lo causó, inmediatamente ponemos nuestro rencor en modo vuelo, y si no pasamos por la conciencia el hecho, sino que lo medimos desde nuestra historia personal, este poco a poco se va convirtiendo en un aparato que cada vez tendrá mayor tamaño, volará más pesadamente, ocupará más espacio en nuestra mente, y por consiguiente en nuestra historia personal.
Cuando hablo de “Perdón como opción” estoy planteando el perdonar como un acto personal, que se resuelve desde cada ser humano, simplemente tomando la decisión de hacerlo, pero partamos de la definición de PERDON: PERDONAR EN RECORDAR SIN DOLOR.
En ningún momento perdonar es olvidar la ofensa, perdonar es poder recordar sin que nos cause dolor el evento sucedido.Para prepararnos para perdonar mi invitación a mis pacientes es que partan de mirar el hecho como un hecho, no como un hecho que ME hicieron.
En el momento en que comienzo a ver que la gente hace cosas, pero que yo tengo el poder de que me afecten o no, empiezo a recuperar mi poder.
Aparece entonces el juego de la CULPA que no es nada diferente a un planteamiento que creamos porque estamos heridos. El engañoso juego de la CULPA lo único que logra es que desde nuestro rol de VICTIMA nos sintamos mejor. El pasado logro dañar nuestro presente, pero es entonces cuando TU escoges si quieres quedarte en la construcción, o en el pasado que NO puedes cambiar. Cuando culpamos a otro de nuestro dolor estamos REGALANDO nuestro poder al ofensor, estamos cediendo el poder de controlar nuestras emociones. Cuando nos sentimos mal pensando en la persona que nos lastimó, somos víctimas de alguien más poderoso.
Tengamos en cuenta que RESPONSABILIZAR a las personas por sus acciones, y acusar ante los estrados llamados para ello a quien cometió las acciones que tienen penalizaciones por ley, no es lo mismo que culparlas por nuestros sentimientos.
El perdón es una alternativa entre muchas otras, y ocurre cuando deshacemos cada paso del proceso con el que creamos el rencor, el primero es la forma en la que archivamos la historia en nuestra mente, por categorías, y para sacarlas a la luz en los momentos acordes con nuestro estado de ánimo.
Somos especialistas en que estos recuerdos lleguen a nuestra mente en el momento en el que son un hilo conductor hacia el sentimiento que queremos nos lleve al dolor. Probablemente no estarás de acuerdo con que sea voluntario este acto de recordar, pero es importante que traigas a tu mente el momento en que por alguna cosa que sucede afuera tu estado VICTIMA se dispara y trae inmediatamente todos los recuerdos de actos dolorosos para que sea aún más difícil el momento presente.
Si tenemos claridad sobre la acción que motivó el dolor, y la hemos pasado por la conciencia, y sin desconocerla trabajamos en que sea un recuerdo de algo que está en un pasado que NO podemos cambiar, pero que somos dueños de la manera en que afrontamos este sentimiento, hemos tomado la rienda de nuestra vida.
Cuando hablamos de rencores o de heridas, la manera como creamos nuestra historia resulta especialmente importante, nos permite describir nuestros sentimientos. Ahora en el proceso de perdonar tenemos la opción de crear la historia comenzando por tener cuidado cada vez que se habla de las cosas dolorosas sin solucionar del pasado. La historia del rencor, aparentemente tan cómoda y familiar, es un enemigo.
El perdón NO ES aceptar la crueldad, NO es olvidar que algo doloroso ha sucedido, NO es excusar el mal comportamiento, No es una experiencia religiosa ni sobrenatural, No es negar ni desestimar el dolor, No implica reconciliación con el ofensor, No significa dejar de sentir.
El perdón es la tranquilidad que se siente cuando aterrizan los aviones, es para tí, no para los demás, es RECUPERAR EL PODER, es responsabilizarse de los sentimientos propios. Perdonamos para nuestra sanación, NO para la sanación de quien nos ofendió.
El perdón mejora la salud física y mental, convierte a la VICTIMA EN HEROE.
Tu NO ERES RESPONSABLE de lo que ocurrió, pero SI por lo que piensas actúas y sientes desde que ocurrieron los hechos. Es tu VIDA!
Arrendamos más espacio a la práctica del rencor que a concentrarnos en la gratitud, el amor y el aprecio por las cosas diferentes en nuestra vida. El Rencor en un botón del Control remoto de nuestra vida que se queda pegado un solo canal, pero podemos REPROGRAMAR nuestro control remoto, solo nosotros manejamos nuestro propio control.
El PERDON es una alternativa QUE PUEDES TOMAR Y USAR SI RESUELVES HACERLO. Todos podemos perdonar.
*Coach Ontológico, conferencista internacional en procesos de crecimiento personal, coach empresarial, arquitecta y empresaria. Puede agendar una cita en Colombia a la dirección de correo italemma8@hotmail.com


