Este 2024 va a ser recordado como el año en que la industria de juegos de azar jalonó el PIB de Colombia fruto de una inercia acumulada por las decisiones de administraciones anteriores a la actual, que de paso sea dicho, se perfila como una de las más nefastas para varios sectores que la conforman, entre ellos los localizados.
Al mes de noviembre de 2024 continuamos con contratos, traslados, sustituciones sin aprobar; poco o nada ha cumplido Coljuegos lo prometido en las reuniones que se llevaron a cabo en medio de los plantones. La economía que ya atravesaba un difícil momento antes que la terminara de joder el gobierno actual, se encuentra en periodo de recuperación y estamos en vilo que vía nueva reforma tributaria , terminemos jodidos de plano gracias a que Coljuegos prefiere sacrificar a toda la industria con un aumento en la carga impositiva en lugar de hacer lo correcto y gravar a las apuestas deportivas que claro muestran cifras escandalosas de recaudo pero que se entiende el porqué, al ver que no tributan al estado y se embolsan el 19% del IVA.
Coljuegos publica un comunicado de prensa alabando la efectividad del sistema de pre-radicados que -según dice- redujo los tiempos en un 38% para los localizados, pero no sustenta su eficacia con cifras o indicadores propios de una entidad que se debe autoevaluar y se encuentra ad-portas de la rendición de cuentas. No salir a decir “lo hice” porque sí.
Cifras, números, así debería responder la entidad para demostrar su eficacia, pero mejor aún debería responderles a sus concesionarios, sus socios. Cifras y obras son amores Coljuegos.