¿Cuáles son los mayores límites de la creatividad?, para los profesionales del marketing el miedo es un verdadero reto a superar cuando se enfrentan al proceso creativo, una emoción que también ha despertado gran interés en la comunidad científica, con el objetivo de entender su funcionamiento y facilitar su gestión para la comunidad creativa. Pero, esta emoción no es intrínsecamente negativa, ya que puede ser un motor de nuevas ideas.
Según un estudio entre los creativos del marketing, estos serían los 10 miedos compartidos por quienes están a cargo de las promociones , esos que comparte la industria de forma generalizada y otros más personales, porque nadie se libra de sentir miedo.
Los miedos que más atemorizan a los creativos son:
- El no contarlo bien.
- No ser originales.
- El aburrimiento.
- A lo virtual.
- Al fracaso.
- Escénico.
- Ser irrelevantes.
- A la evaluación.
- A no ser aceptados.
- Fallarse a uno mismo.
De acuerdo al informe, este listado de miedos compartidos pueden ser resumidos en uno solo: el miedo a cagarla, esto se debe a que en la industria creativa toda la atención se centra en la búsqueda de respuestas y soluciones eficaces, «lo que llega a ser incompatible con el miedo»
La importancia de perder el miedo a preguntar
Uno de los beneficios del miedo es que es una emoción que nos lleva a la reflexión, por lo que intentar redireccionar los temores al desarrollo de una idea creativa, ayuda a que el miedo deje de ser un límite para la profesión creativa.
Entre las claves para superar el temor inicial a lo desconocido destacan el descubrimiento y la investigación, así como alimentar la parte más racional del cerebro para hacer frente a los miedos.
Hacer preguntas es fundamental para enfrentarse al miedo, así como no avergonzarse de ser vulnerables, ya que es un proceso que aporta fortaleza.
«Hay que hacer preguntas en voz alta cuando trabajamos en equipo, porque a veces pensamos que podemos hacer una pregunta intrascendente, pero eso a lo único que nos lleva es a seguir alimentando el miedo que sentimos por algo».
Como profesionales es necesario generar espacios de diálogo: «tenemos que ser creadores de esos espacios de creatividad e intercambio de ideas, no de temor, donde tu voz sea irrelevante».


