(Publicado: 2016-08-23) La visita de Coljuegos a los operadores, mas concretamente a las oficinas de cada empresa solicitando estados financieros, pagos de aportes y SIPLAFT entre otros a primera vista parece una persecución y un atropello.
La consideramos un hecho inusual y tomamos una posición a la defensiva dada la tensa reacción que siempre ha existido con cualquiera que represente autoridad, a ninguno nos gusta que nos requisen, nos manoseen, nos auditen. Hace dos semanas recibí la visita de tres funcionarios en mi improvisada oficina desde donde manejo mi compañía que explota 4 locales de máquinas y debo confesarlo me sentí un poco intimidada por la cantidad de documentos y requisiciones que me hicieron al momento. Cada documento que me solicitaban me causaba desazón porque consideraba no era de su consorte.
Ahora, con cabeza fría y que ya pasó la visita, muchas cosas veo son positivas para mí como empresaria, pues pude cumplir con todos los documentos , pero no es por “el haber cumplido” que me siento satisfecha, es porque veo que desde que inicié en este negocio muchas cosas he cambiado y ahora soy mas organizada, mi empresa ya no es aquello que manejo a las patadas, y estas visitas lo que hacen es hacerme esforzar mas por estar bien.
En el pasado Coljuegos adquirió compromisos ante el ministerio de hacienda, la UIAF y la banca, lo que sin duda en el tiempo va a repercutir en un acceso (lo cual no veo al corto plazo) de los operadores a la banca formal, lo que significa seguir haciendo uso de la financiación directa o créditos privados. Parece que hay un número muy importante de empresas que aún no cumplen con el SIPLAFT, incluso los mismos funcionarios están más concentrados en estas visitas que en la revisión misma del Online que RECONOCÉN aún no marcha como debiera debido a fallas de Coljuegos.
Pero mientras todo se pone en el lugar que debe, debemos seguir trabajando, eso sí que Coljuegos no haga lo de la JCJ en panamá: matar la gallina de los huevos de oro, si no entienden porque, después les escribo y les cuento…


