Mientras en Europa y Estados Unidos encuentran soluciones parciales a una crisis financiera agresiva y asentada, en Sudamérica el panorama es más bien esperanzador. Nuevas inversiones de capital y un considerable número de empresarios extranjeros ha comenzado a observar la región como un potencial foco de nuevos negocios y emprendimientos.
Esto viene impulsado por la seguridad jurídica que los países sudamericanos ofrecen y, en el caso de la industria de juegos, regulaciones bien delineadas, que son apoyadas por distintas políticas macroeconómicas, sectoriales y legales que garantizan la estabilidad de las inversiones.
Así, por ejemplo, hoy sabemos que en Chile se redujo la carga tributaria a los cruceros con casinos, para permitir que naveguen en sus aguas territoriales. Con esa medida, el país ha conseguido promover el ingreso de este tipo de embarcaciones y, sobre todo, la llegada de turistas y posibles consumidores de lujo.
Esta iniciativa explica bien que el turismo en Chile representé un 3,2 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), y que sólo en los dos primeros meses del 2012 (enero-febrero) el país haya sido visitado por casi 900,000 turistas provenientes del exterior.
COLOMBIA CON SUERTE
Al igual que Chile, Colombia se muestra como una buena opción en Sudamérica para invertir. Con una industria de juego sólida, aunque vivió diversos vaivenes en los últimos años. Allí ejecutivos de la prestigiosa cadena Enjoy, conocida por sus casinos en Chile, hicieron un recorrido en febrero.
La compañía hizo público su interés por seguir ganando posicionamiento en la región sudamericana, en la que busca instalarse en varios países y con un modelo similar al que maneja en Chile en la actualidad.
Si bien sus operaciones en ese país han dado buenos resultados, dada la estructura de la nueva industria de casinos de juego no queda mucho lugar para seguir expandiéndose. Por el contrario, en el caso colombiano la legislación permite abrir nuevos salones si se cumplen con los requisitos planteados por la ley.
Por esa razón, Javier Martínez, gerente general de Enjoy, comentó en una entrevista que el país está abierto a la inversión extranjera, “conoce el modelo de casinos chilenos: funciona y está fuertemente orientado al turismo”. Y es que si hablamos de turismo, Colombia ofrece innumerables posibilidades, sea en su capital o en sus provincias.
Un dato a considerar sobre Colombia es que tras la pronta liquidación de la Empresa Territorial para la Salud (Etesa), quien asumirá la tarea de recaudación de impuestos es Coljuegos.
Otro dato importante para los inversionistas: las licencias se dan sólo por cinco años, lo que puede ser un condicionante. Aunque existen otros factores, como el aumento del ingreso per cápita y la alta demanda de entretenimiento, que animan a pensar en Colombia como una buena alternativa.
CAPITAL BRASILEÑO
Cuando en Brasil se aceptó al poker como deporte oficial, Enjoy también mostró interés en invertir en esta potencia de la economía global. Sin embargo, y como se sabe en la industria, en Brasil los casinos están prohibidos y no existe una legislación sobre el tema, por lo que es arriesgado dirigir los capitales hacia el país.
No obstante, los capitales de inversionistas brasileños han comenzado a emigrar pensando en el juego. Así, han apuntado sobre todo a dos países: Paraguay y Uruguay.
En el caso paraguayo, en el que la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar) es el órgano estatal que se encarga de regular la labor de los casinos, hay un mercado aún en ciernes y expectante para desarrollar.
En Uruguay es totalmente distinto. Casinos del Estado, el ente público que administra los casinos, dirigido por Javier Cha, lidera una industria que luce consolidada desde hace unos años y que en 2011 tuvo una recaudación récord: 223 millones de dólares.
Uruguay es un país con menos de cuatro millones de habitantes y con un ingreso per cápita de poco más de 16,000 dólares anuales. Allí los ingresos del sector turismo representan casi un siete por ciento del PBI (unos 2,200 millones de dólares en 2011). Además, existen ciudades como Paysandú, en la que el potencial para el juego y la inversión hotelera es evidente.


