Las autoridades de Antioquia esperan erradicar el chance manual, que se vende clandestinamente y que está causándole un gran perjuicio a la salud, pues con él se evaden los recursos que van para este rubro. Benedán, la Fiscalía y la Policía están unidas para luchar contra esta actividad.
Los decretos de la emergencia social dejaron en una difícil situación a los vendedores de chance manual, pues si los agarran pagarán penas entre los 6 y 8 años de cárcel y multas de hasta mil salarios mínimos.
Aunque no quiso revelar su nombre, sí contó con pelos y señales lo que le pasó por apostarle al juego que no era: "me gané un chance de 4 millones y medio de pesos y no me lo pagaron...".
El testimonio lo dio un joven ante la Policía Metropolitana y el gerente de Benedán, Néstor Díez Montoya, en el momento en que daban un parte de éxito por la captura de 12 miembros de una red ilegal de chance que operaba en Itagüí y Castilla.
El muchacho narró que la estafa le ocurrió en la avenida Oriental, donde abordó a un chancero para jugar. Este tenía la máquina de chance sistematizado, pero a la vez le ofreció el ilegal (manual) y él se fue por esta última opción, "porque pagaba más".
Con ese argumento, el testigo jugó el 2244 y, para su dicha, el número cayó. Pero fue una ilusión pasajera de 4 millones 500 mil pesos, pues tardó varios días en hallar al chancero, "cuando lo encontré me dijo que no podía responderme, que en el recibo había un teléfono y una dirección, que al final resultaron falsas y no pude cobrar".
Ocurrió hace tres meses y este ciudadano no volvió a caer en la trampa. Ya sólo juega chance legal en las casetas de Gana, único concesionario autorizado para operar el chance en Antioquia. Es chance sistematizado, con casetas por toda la ciudad y el departamento y no hay lugar a confusión.
La pena es dura
El gerente de Benedán, Néstor Díez Montoya, lanzó una clara advertencia:
"Quien sea detenido vendiendo chance ilegal tiene una pena de prisión de 6 a 8 años y el apostador se hace solidario con lo que dejen de pagarle a la salud los empresarios ilegales".
En palabras simples, como el vendedor de chance ilegal es un evasor de impuestos, está actuando fuera de la ley. En la misma situación queda el que juega el chance, y si es sorprendido no sólo pierde el premio, sino que puede quedar pagando las deudas del empresario para con el fisco. Así quedó consignado en el Decreto 130 de la Emergencia Social.
Igual pasa con las apuestas clandestinas, una modalidad que existe en casi todos los barrios y municipios.
Díez Montoya también sentenció a los que ejercen este tipo de actividad.
"En Antioquia no hay rifas legalizadas, sólo unas cuantas autorizadas por Etesa, las demás son clandestinas y lo que deben hacer esos empresarios es legalizarlas, y los alcaldes colaborarnos, porque esto representa un desangre a los recursos de la salud".
El chance clandestino se hace atractivo porque, al no pagar impuestos, se les da más porcentaje por venta a los chanceros y los premios se "cobran" un poco más altos. El problema es que la mayoría de veces, dicen las autoridades, los empresarios no pagan y no hay fundamento legal para cobrarles.
Ahora que se han endurecido las penas, que además de la prisión incluyen multas entre los 500 y 1.000 salarios mínimos para los vendedores, no muchos querrán ir con esa apuesta.
Ayer no más, la Policía reportó la captura de 12 personas (6 mujeres y 6 hombres entre los 37 y los 64 años), que actuaban en Castilla e Itagüí. Les decomisaron 2 millones 800 mil pesos, 101 talonarios, 4 máquinas y 6 rollos de papel.
Ellas le apostaron al juego que no otorga premio en dinero sino un complicado proceso en la Fiscalía que los puede llevar, por años, a prisión.


