El turno ahora es para las deportivas, que constituyen en este momento toda una fiebre en el país y que por su connotación hacen surgir algunos interrogantes cuyas respuestas seguramente muchos apostadores ignoran.
Estas apuestas consiste en tratar de acertar uno o más resultados de los diferentes juegos de fútbol y de toda clase de eventos deportivos que ofrece la parrilla de apuestas de un corredor o comercializador. Conforme a los logros (o porcentaje de ganancia) que tenga el o los eventos escogidos, así mismo será el monto de la ganancia. Es decir, si apuesta $1.000, puede que un acierto pague lo arriesgado por 1.5, por 2 o por más, lo que vendría siendo una ganancia de $500, $1.000 o más. Todo depende del porcentaje de ganancia que tenga el evento deportivo en cuestión.
Un usuario tiene varios elementos por los cuales apostar, bien sea inclinarse por acertar el ganador de un enfrentamiento o un empate al final del mismo. De igual manera, y según las características del corredor, se puede optar por apostar a otros aspectos ligados a determinados deportes. Por ejemplo, acertar cuántos goles se marcarán en un partido de fútbol o cuántas carreras anotará un equipo de béisbol en la primera entrada de un juego. Vale la pena destacar que esta actividad es desarrollada por canales web y presenciales.
El mayor problema de la ilegalidad en este tipo de transacciones es que el consumidor constantemente se expone a no recibir el pago de su premio. “En ese momento el ciudadano no tendrá cómo reclamar, porque dicho corredor no existe legalmente”
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Coljuegos, en colaboración con la Policía o la Fiscalía, a partir de denuncias tiene las herramientas para iniciar procesos en contra de los corredores de apuestas deportivas ilegales. De hecho, en Bogotá la semana pasada intervino 4 establecimientos que contaban con 19 diferentes elementos para promover esta actividad.


