¿No te gusta algo de alguien? ¿Te ponen de los nervios determinadas personas? ¡Bienvenid@ a tu mundo! Todo aquello que te gusta y que te disgusta de los demás…¡lo tienes tú!
Se ha oído mucho hablar de la sombra, de nuestro lado oscuro, malo, oculto. Se nos ha hablado tan mal de nuestra sombra que intentamos que nadie la vea por nada del mundo. Pero esto, ¿por y para qué? ¿Alguna vez te has planteado en lo que se esconde allí? Se nos ha enseñado a comportarnos de determinadas formas (pórtate bien, estudia, se como tu hermano mayor, haz esto, haz lo otro) y a huir de nuestra esencia.
“Vamos, diciéndolo de otra manera, todo está bien mientras te conviertas en un rebaño más del circo que hay montado ahí afuera y todo está mal si eres tú mismo.”
¿Nunca te ha pasado estar en casa tan tranquilo, y de repente por la cosa más insignificante ponerte como loco y no entender de dónde ha salido esa reacción? Esto pasa porque se nos ha enseñado a ocultar todos aquellos aspectos de nosotros mismos que están mal vistos, pero ¿mal vistos por quién? Por la sociedad. Si vistes de forma diferente a los dictámenes de la moda, prepárate para que se rían de ti. Si eres algo más que puro hueso (y no digamos si estás rellenito), prepárate para que hablen de ti y de tu poca fuerza de voluntad para dejar de comer.
Si pasas de los 30 y no tienes pareja, prepárate para que se te ponga la etiqueta de “bicho raro”. Si no estás en el mismo trabajo durante más de 5 años, da por hecho que te tacharán de inestable. Si no bebes y no fumas porque no te da la real gana, serás el marginado social dentro de tu grupo de amigos gays. Ves por dónde van los tiros, ¿no?
La gente tiene miedo de que cambies y de que seas tú mismo porque les da pánico abrir los ojos y ver que hay más allá. Si tú cambias, las personas de tu alrededor pueden tomárselo bien o tomárselo mal, pueden decirte que eres egoísta, una mala persona y hasta misa con tal de que sigas siendo la misma persona (claro, a muchos les interesa que sigas complaciéndoles y haciendo lo que has hecho hasta ahora, estar ahí para todos menos para ti).
En la sombra se esconde nuestra esencia, aunque muchos se empeñen en lo contrario. Si seguimos escuchando los dictados de otros y haciendo o siendo como ellos quieren, vamos a seguir guardando en nuestro baúl oscuro nuestros sueños, ilusiones, nuestro derecho a decir que no, a pensar por nosotros mismos, a elegirnos a nosotros antes que a los demás, y a muchas cosas más.
El psiquiatra y psicólogo Carl Gustav Jung ya lo decía en el siglo pasado: proyectamos nuestra sombra constantemente en los demás sin ser conscientes de ello. Las relaciones están para descubrirnos, sin el otro no seríamos capaces de conocernos. Solemos pensar que los demás están ahí porque tienen que solucionarnos la vida y llenar nuestro vacío emocional, pero no es así.
¿Te ha pasado que una persona te cae genial, te parece simpatiquísima y, sin embargo, a tu madre le cae fatal? ¿Qué está pasando ahí? Muy simple, estás reconociendo en ella una cualidad tuya, al igual que tu madre está viendo otra.
Cada vez que admires a alguien por algo, analiza qué es aquello que te gusta de esa persona. Lo mismo pasa cuando rechazas al otro.
Hubo una época en mi vida en la que sentía que determinadas amistades que tenía se aprovechaban de mí, que no me respetaban y que no les importaba. No fue hasta pasado un tiempo que descubrí que en realidad me mostraban la relación que yo tenía conmigo misma.
Hay muchas personas que son maltratadas por sus parejas (física o emocionalmente), y no se dan cuenta de que su pareja les está mostrando que ellas no se respetan a sí mismas. Si tú te respetas a ti mismo encontrarás personas que también lo hagan, dudo mucho que estuvieras con alguien que te pusiera la mano encima, ¿me equivoco?
Si quieres que tu vida cambie, empieza a hacerte responsable de ella. Analiza las relaciones que tienes (de pareja, amistad, con compañeros de trabajo, etc.), analiza todo aquello que te gusta y que te disgusta, cómo te tratan y aprende de ello. Son el mejor reflejo de ti mismo.
Acepta tu oscuridad, no hay nada de malo en ella. Cuando seas plenamente consciente de que lo que ves en los demás es aquello que está en ti y lo aceptes, darás un paso enorme en tu autoconocimiento, ya que serás capaz de responsabilizarte de tu vida y dejar de ser la víctima.
Y recuerda, no existe el “pobrecito de mi”, todos somos responsables de la mayoría de las cosas que nos pasan, así que si no te gusta tu vida o como te trata alguien, en vez de culpar al otro, da gracias por lo que estás viendo de ti a través de él, toma responsabilidad y hazte con el control de tu vida.
Una vez más:
Por Elizabeth Fraile
“Todo cambio comienza por ti. Ya es hora de dejar de proyectar al exterior, de esperar que los demás suplan tus carencias y de que se hagan responsables de tu felicidad. Ha llegado el momento de que asumas que tú y solamente tú tienes el poder sobre tu vida. Tienes el poder de decidir: seguir como hasta ahora o cambiar, tomar las riendas de tu vida y luchar por lo más importante: TÚ”


